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Mostrando entradas de octubre, 2012

La vanagloria de lo humano, una visita al Hospital de la Caridad.

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Visitar el Hospital de la Caridad siempre es un deleite para los sentidos a la vez que un zarandeo para la conciencia, pero verlo una borrascosa noche otoñal hace que todo parezca más tenebroso porque la luz tenue que parpadea en los cristales repletos de gotas de lluvia lo torna aún más lúgubre. Los claroscuros nos envuelven, creando el marco adecuado para nuestro objetivo: retroceder algunos siglos atrás en el tiempo, no en vano estamos ante una de las joyas del barroco que posee esta ciudad. Nos piden silencio, ha fallecido uno de sus ocupantes y está de cuerpo presente, el Hospital ahora es un asilo. Entramos. …y entrando en ella la codicia y la vanidad se perderán. El recorrido por el Hospital lo comenzamos dándonos de bruces con las fuentes alegóricas sobre la Fe y la Caridad cuya hermosura se ha acentuado con la noche. Es imposible no pensar que este pat